La Acalypha Wilkesiana Red, o mayormente conocida tan solo como Acalifa, es perfecta para adornar tanto espacios interiores como exteriores por los increíbles tonos rojos, naranjas y amarillos de sus hojas. En algunas partes del mundo a esta planta se le conoce como hoja de cobre o “Túnica de Jacob”. Este último nombre hace referencia a los colores de la túnica descrita en la historia bíblica de Jacob.
La Acalifa es originaria de las Islas del Pacífico, específicamente de Fiji, Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón y Vanuatu. En estas islas, la Acalifa crece a lo largo de las riberas de los ríos y zonas en donde hay suelos húmedos y bien drenados.
En su estado salvaje, esta planta puede llegar a crecer hasta 1.80 m de altura y en su estado doméstico normalmente puede llegar a medir hasta 1 m de altura. Depende mucho del lugar y las condiciones ambientales en donde la coloques.
Las hojas de la Acalifa son sin duda las protagonistas. Cada hoja puede tener uno o varios tonos de rojo, amarillo o naranja a la vez y cada una puede ser totalmente diferente a la anterior lo que crea un verdadero espectáculo visual. Por lo general alcanzan los 20 cm de largo cuando la planta ya está en una etapa madura.
Te encantará saber que esta planta es poco exigente y su mantenimiento es muy sencillo. Además es conocida por ser muy resistente y adaptable a diversos ambientes, tanto de luz, humedad y temperatura.
Esta planta está acostumbrada a crecer a la orilla de los ríos, por lo que le encantan los suelos bien drenados y húmedos. Esto quiere decir que debes mantener el sustrato húmedo pero no encharcado. Como regla general, solo échale agua a tu planta cuando los dos primeros centímetros del sustrato estén secos.
No permitas que el sustrato se seque completamente porque tu planta puede comenzar a ponerse café o puede comenzar a tirar sus hojas.
Para ayudarte a que el riego sea más fácil, ponle un sustrato que tenga una mezcla de tierra con musgo, corteza, perlita o greña de coco. Esta composición permitirá que el agua drene sin problemas y no olvides ponerla en una maceta con agujeros para permitir la salida del agua.
A tu Acalifa le encantan los rayos del sol de forma moderada. Dale acceso a un par de horas de sol y la vas a tener muy feliz y con tonos rojos realmente brillantes. Si no tienes acceso a un espacio así, no te preocupes. Esta planta tolera perfectamente espacios de luz brillante hasta luz media.
No permitas que le dé el sol de forma continua por muchas horas porque puede quemar sus hojas. Un poco por la mañana o al atardecer es la mejor opción.
Si las hojas de tu Acalifa empiezan a perder sus tonos característicos, quiere decir que tu planta necesita un poco más de luz.
La Acalifa es muy resistente y adaptable por lo que es perfecta tanto para interiores como para exteriores. En general le gustan los climas cálidos de entre los 15 y 28 grados centígrados pero puede soportar temperaturas de hasta 10 grados o superiores a los 30.
Si vives en una zona con climas extremos, te la recomendamos como una planta de interior en donde puedas controlar la temperatura a la que está expuesta.
A tu planta le gustan los ambientes húmedos pero no es tan exigente como el resto de las plantas tropicales. En general crecerá sin problemas dentro de tu casa u oficina y si el ambiente en donde la vas a poner es muy seco, puedes ponerle una bandeja con agua abajo de la maceta para que suba la humedad ambiental mientras el agua se evapora.